Oscar
Nicasio Lagunes López
La rendición de
cuentas o Accountability es un
concepto de origen anglosajón. A partir de los sesentas empezó a utilizarse en
el Reino Unido, pero ha sido más utilizado en Estados Unidos. Se trata de un
concepto contemporáneo que se ha venido incorporando paulatinamente en el
discurso normativo y político de los gobiernos que han experimentado la
transición democrática en Latinoamérica: Chile, Brasil, México.
La Accountability puede definirse como la obligación que tienen los gobernantes de
dar cuenta a los ciudadanos sobre aquellas decisiones y acciones que impactan
positiva o negativamente la vida pública; informar acerca del uso que los
gobernantes hacen del dinero público o de los recursos públicos. Aunque se
trata de una noción polivalente, algunos estudiosos en México han trabajado
para clarificarlo y adaptarlo al contexto nacional.
Además, el concepto hace alusión a la responsabilidad que tienen los
funcionarios o servidores públicos de dar la cara y responder a los reclamos
ciudadanos cuando sus acciones no correspondan con sus discursos o cuando
incumplan con las obligaciones contraídas al momento de tomar su cargo. La
rendición de cuentas también engloba el castigo,
pues sin castigos la rendición de cuentas es sólo retórica y discurso vacío.
Los servidores públicos que no son castigados suelen repetir y alentar las
mismas conductas corruptas al abusar del poder otorgado por la ciudadanía (clientelismo,
cacicazgos, familismo, etc.).
Las sanciones o
los castigos inhiben o desalientan las prácticas corruptas dentro de la
administración pública, por eso son necesarias mientras se desprenda de la
correcta aplicación de las sanciones prescritas por las leyes vigentes en
materia. Por tanto, la legalidad es
otro factor importante en la rendición de cuentas como proceso
institucionalizado, puesto que provee las reglas de juego y especifica las
responsabilidades y derechos de los servidores públicos, además de las
sanciones a las que se hacen acreedores en caso de incumplir con sus deberes.
Otro aspecto de
la rendición de cuentas es la transparencia.
Los gobiernos están obligados a poner en la vitrina pública, para escrutinio
público, toda información relativa al uso del dinero público, al nivel del
cumplimiento de sus programas de gobierno y en general al desarrollo y
resultados de toda su gestión. De este modo, la transparencia se convierte en un
derecho ciudadano y en una obligación de los gobernantes.
Por si fuera
poco, la rendición de cuentas también implica la responsividad. Es decir que el gobierno debe formular políticas
públicas cuyos resultados sean los esperados por los gobernados. Los intereses
ciudadanos tienen que traducirse en políticas públicas que beneficien por igual
a las mayorías (y también a las minorías o grupos vulnerables dado el caso).
Mediante el voto, el ciudadano autoriza o habilita (mandato) al gobernante para
implementar o no una determinada política pública; si los resultados de una
determinada política pública no responden a los intereses de los ciudadanos entonces
se trata de un gobierno no responsivo. Para ello es importante que los
ciudadanos participen activamente en la formulación de las políticas públicas y
en la toma de decisiones públicas.
Finalmente, la
rendición de cuentas también significa que el ciudadano debe tener un papel
activo en este proceso. Si bien es cierto que rendir cuentas viene de “contar”
y “cuentear”, también es verdad que detrás de dicho proceso se encuentran
personas concretas con intenciones específicas. Esto es, que también dentro de
la rendición de cuentas se esconde la intencionalidad de los responsables del
proceso. La rendición de cuentas también comporta un carácter ético, normativo
e institucional. En definitiva es un proceso social y humano.
En consecuencia,
rendir cuentas incorpora necesariamente un aspecto más, el hermenéutico o
interpretativo. Hermenéutico, porque contiene tres elementos: el sujeto que
rinde cuentas (los gobernantes y funcionarios públicos), los sujetos a quienes
se les rinde cuentas (ciudadanos) y la valoración ciudadana o escrutinio
público del desempeño de sus gobernantes (valoración crítica). En esta relación
gobernante-gobernados se da la valoración ciudadana que es una interpretación
del desempeño de sus mandantes.
Dentro del
proceso llamado rendición de cuentas, con todos los factores descritos arriba,
existe un mecanismo para reducir la malversación de fondos públicos o
corrupción en el manejo del dinero público. Este mecanismo recibe el nombre de fiscalización. En el caso específico de
México, la fiscalización tiene lugar en los tres niveles de gobierno:
municipal, estatal y nacional. El gobierno está obligado por las leyes
mexicanas a elaborar la cuenta pública, un documento que contiene la información
contable de cada nivel de gobierno (ingresos-egresos) y nivel de cumplimiento
de las metas de los programas de gobierno (eficiencia). Se fiscalizan las
cuentas públicas para evaluar si éstas cumplen con los criterios establecidos
por la ley vigente en dicha materia y fundamentalmente para reducir el mal uso
del erario público y vigilar que se cumplan las metas de los programas de
gobierno y se haga buen uso de esos recursos.
Como pudo verse,
la rendición de cuentas es un proceso complejo pero necesario para entender
mejor cómo deben ser las relaciones individuo-Estado en la sociedad actual y,
sobre todo, para que los escasos recursos que ejerce el gobierno sean empleados
de manera más eficiente; traducibles en políticas públicas que mejoren
sustancialmente la calidad de vida de los ciudadanos.
1 comentario:
Gracias. Me parece muy interesante y completa la definición de "Accountability". No obstante, me queda un interrogante: "Accountability" se aolica también al Gobierno Corporativo de las entidades privadas (Empresas del sector privado)??
Luis Valencia
Colombia
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