31 may 2012

¿Qué es Rendir Cuentas?



Oscar Nicasio Lagunes López

La rendición de cuentas o Accountability es un concepto de origen anglosajón. A partir de los sesentas empezó a utilizarse en el Reino Unido, pero ha sido más utilizado en Estados Unidos. Se trata de un concepto contemporáneo que se ha venido incorporando paulatinamente en el discurso normativo y político de los gobiernos que han experimentado la transición democrática en Latinoamérica: Chile, Brasil, México.
La Accountability puede definirse como la obligación que tienen los gobernantes de dar cuenta a los ciudadanos sobre aquellas decisiones y acciones que impactan positiva o negativamente la vida pública; informar acerca del uso que los gobernantes hacen del dinero público o de los recursos públicos. Aunque se trata de una noción polivalente, algunos estudiosos en México han trabajado para clarificarlo y adaptarlo al contexto nacional.
 Además, el concepto hace alusión a la responsabilidad que tienen los funcionarios o servidores públicos de dar la cara y responder a los reclamos ciudadanos cuando sus acciones no correspondan con sus discursos o cuando incumplan con las obligaciones contraídas al momento de tomar su cargo. La rendición de cuentas también engloba el castigo, pues sin castigos la rendición de cuentas es sólo retórica y discurso vacío. Los servidores públicos que no son castigados suelen repetir y alentar las mismas conductas corruptas al abusar del poder otorgado por la ciudadanía (clientelismo, cacicazgos, familismo, etc.).
Las sanciones o los castigos inhiben o desalientan las prácticas corruptas dentro de la administración pública, por eso son necesarias mientras se desprenda de la correcta aplicación de las sanciones prescritas por las leyes vigentes en materia. Por tanto, la legalidad es otro factor importante en la rendición de cuentas como proceso institucionalizado, puesto que provee las reglas de juego y especifica las responsabilidades y derechos de los servidores públicos, además de las sanciones a las que se hacen acreedores en caso de incumplir con sus deberes.
Otro aspecto de la rendición de cuentas es la transparencia. Los gobiernos están obligados a poner en la vitrina pública, para escrutinio público, toda información relativa al uso del dinero público, al nivel del cumplimiento de sus programas de gobierno y en general al desarrollo y resultados de toda su gestión. De este modo, la transparencia se convierte en un derecho ciudadano y en una obligación de los gobernantes.
Por si fuera poco, la rendición de cuentas también implica la responsividad. Es decir que el gobierno debe formular políticas públicas cuyos resultados sean los esperados por los gobernados. Los intereses ciudadanos tienen que traducirse en políticas públicas que beneficien por igual a las mayorías (y también a las minorías o grupos vulnerables dado el caso). Mediante el voto, el ciudadano autoriza o habilita (mandato) al gobernante para implementar o no una determinada política pública; si los resultados de una determinada política pública no responden a los intereses de los ciudadanos entonces se trata de un gobierno no responsivo. Para ello es importante que los ciudadanos participen activamente en la formulación de las políticas públicas y en la toma de decisiones públicas.
Finalmente, la rendición de cuentas también significa que el ciudadano debe tener un papel activo en este proceso. Si bien es cierto que rendir cuentas viene de “contar” y “cuentear”, también es verdad que detrás de dicho proceso se encuentran personas concretas con intenciones específicas. Esto es, que también dentro de la rendición de cuentas se esconde la intencionalidad de los responsables del proceso. La rendición de cuentas también comporta un carácter ético, normativo e institucional. En definitiva es un proceso social y humano.
En consecuencia, rendir cuentas incorpora necesariamente un aspecto más, el hermenéutico o interpretativo. Hermenéutico, porque contiene tres elementos: el sujeto que rinde cuentas (los gobernantes y funcionarios públicos), los sujetos a quienes se les rinde cuentas (ciudadanos) y la valoración ciudadana o escrutinio público del desempeño de sus gobernantes (valoración crítica). En esta relación gobernante-gobernados se da la valoración ciudadana que es una interpretación del desempeño de sus mandantes.
Dentro del proceso llamado rendición de cuentas, con todos los factores descritos arriba, existe un mecanismo para reducir la malversación de fondos públicos o corrupción en el manejo del dinero público. Este mecanismo recibe el nombre de fiscalización. En el caso específico de México, la fiscalización tiene lugar en los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y nacional. El gobierno está obligado por las leyes mexicanas a elaborar la cuenta pública, un documento que contiene la información contable de cada nivel de gobierno (ingresos-egresos) y nivel de cumplimiento de las metas de los programas de gobierno (eficiencia). Se fiscalizan las cuentas públicas para evaluar si éstas cumplen con los criterios establecidos por la ley vigente en dicha materia y fundamentalmente para reducir el mal uso del erario público y vigilar que se cumplan las metas de los programas de gobierno y se haga buen uso de esos recursos.
Como pudo verse, la rendición de cuentas es un proceso complejo pero necesario para entender mejor cómo deben ser las relaciones individuo-Estado en la sociedad actual y, sobre todo, para que los escasos recursos que ejerce el gobierno sean empleados de manera más eficiente; traducibles en políticas públicas que mejoren sustancialmente la calidad de vida de los ciudadanos.

¿Rendir Cuentas o Contar Cuentos? La fiscalización de las cuentas públicas estatales*




Por Oscar N. Lagunes López**

Como es bien sabido, el gobierno del Estado de Sonora cuenta con un mecanismo de rendición de cuentas llamado fiscalización, para garantizar que los recursos públicos que se destinan a cada una de las dependencias o secretarías que integran el gobierno estatal sean administrados y empleados con eficiencia, eficacia y transparencia. La finalidad de la fiscalización de las cuentas públicas es evitar la corrupción en el uso de los recursos públicos. El documento que contiene los pormenores del cumplimiento de metas de los programas ejecutados por estas dependencias, así como el presupuesto que el Congreso del Estado les asigna recibe el nombre de Cuenta Pública.
El instituto Superior de Auditoría y Fiscalización (ISAF) Audita y Fiscaliza la cuenta pública estatal cada año y emite sus resultados en un documento denominado Informe de Resultados de la Revisión de la Cuenta Pública Estatal. Cabe decir que el ISAF revisa la Cuenta Pública del año inmediato anterior al año en curso, por ejemplo, la del 2010 se revisó y fiscalizó en el 2011, y tiene hasta el 30 de agosto para enviar su Informe de Resultados al Congreso; éste último deberá calificar, es decir, aprobar o desaprobar la cuenta pública correspondiente teniendo como fecha límite el 15 de septiembre.
Si se analizan los Informes de Resultados que emite el ISAF sobre las cuentas públicas que corresponden a los años que van del 2004 al 2010 se advierte que las observaciones hechas a cinco dependencias --tales como el Ejecutivo del Estado, la Secretaría de Gobierno, la Contraloría General, la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano (SIDUR) y la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) respecto al cumplimiento de las metas programadas y al uso correcto del dinero público-- han ido aumentando cada año y un buen porcentaje de ellas que no fueron solventadas en tiempo y forma por estas dependencias presentaron monto presupuestal, es decir, indican un gasto ejercido no autorizado, no comprobado y expedientes técnicos incompletos de obras públicas. Las dependencias de gobierno que más presentan este tipo de observaciones son la SEC y la SIDUR.
Lo anterior se debe al sistema de fiscalización vigente en la administración pública estatal, que genera observaciones que no pueden resolverse y que se van acumulando cada año. Aunado a lo anterior, y como causa de ello, se advierte la disminución de los servidores sancionados en ese mismo periodo de tiempo, lo cual indica que no se aplica la ley existente en materia de fiscalización como debiera ser. La Contraloría es la encargada de aplicar sanciones, pero como es una dependencia que forma parte del Poder Ejecutivo el tema de las sanciones se torna un asunto político, puesto que ella misma debe castigarse a sí misma y castigar a las demás dependencias. Llama la atención que el Ejecutivo del Estado no presentó observación alguna en los años 2004 al 2010, que la Contraloría haya resuelto todas sus observaciones, como no sucedió con el resto de las dependencias, y que en ese sentido ambas secretarías aparezcan como “ejemplo” para las demás.
Deberían aplicarse las leyes vigentes en materia de fiscalización y dotar al ISAF con mayores atribuciones, como la capacidad de destituir o inhabilitar a los servidores públicos que malversan fondos, para desalentar las prácticas de corrupción en las dependencias de gobierno. Por otro lado, hace falta la participación de la ciudadanía en la fiscalización de las cuentas públicas y que el ISAF publique una versión sintética de su informe de resultados en los diarios de mayor circulación en la entidad para hacerlo público. De este modo se combatirán mejor las prácticas corruptas en la administración pública gubernamental alentadas por un trasfondo ideológico cultural expresado por la frase: “quien parte y reparte y no se queda con la mejor parte o es un tonto o en el repartir no tiene arte”.

*Este artículo fue publicado en el periódico el 3 de diciembre en el periódico Tribuna de Ciudad Obregón, Sonora, en la sección Observatorios Urbanos del Colegio de Sonora.
**Maestro en Ciencias Sociales por el  Colegio de Sonora. Línea de especialización: Teoría y Análisis de Asuntos Públicos. Doctorante en Ciencias Sociales por la misma institución.

 

DATOS PERSONALES

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Licenciado en Filosofía por el Instituto de Estudios Superiores 'Rafael Guízar Valencia" de Xalapa Veracruz. Maestro en Ciencias Sociales por el Colegio de Sonora. Doctorante en Ciencias Sociales en el Colegio de Sonora. Email: olagunes@pogrado.colson.edu.mx prof.lic.oscarlagunes@gmail.com Cel.6621800855